El Papa Benedicto XVI concluye la segunda encíclica de su pontificado, "Spe Salvi", con una emotiva reflexión mariana que se torna una oración.
Al concluir la encíclica, bajo el subtítulo de "María, estrella de la esperanza", el Papa señala que la invocamos: "Santa María, tú fuiste una de aquellas almas humildes y grandes en Israel que, como Simeón, esperó ‘el consuelo de Israel’ y esperaron, como Ana, ‘la redención de Jerusalén’".
"Por ti, por tu ‘sí’, la esperanza de milenios debía hacerse realidad, entrar en este mundo y su historia"; pero "junto con la alegría que, en tu Magnificat, con las palabras y el canto, has difundido en los siglos, conocías también las afirmaciones oscuras de los profetas sobre el sufrimiento del Siervo de Dios en este mundo", agrega el Papa.