En su habitual catequesis de los miércoles, el Papa Benedicto XVI meditó sobre dos grandes figuras de la cultura romana y recordó que Dios es “el bien supremo al que tiende cada ser humano, aun sin saberlo”.
Ante miles de fieles de todo el mundo reunidos en el Aula Pablo VI para la Audiencia General, el Papa dedicó su meditación a Boecio y Casiodoro.
Boecio nació en Roma en el 480 en una familia noble y fue senador a los veinticinco años. "No obstante su dedicación la actividad pública, no descuidó los estudios, dedicándose en particular a la profundización de temas filosófico-religiosos. En este ámbito utilizó las categorías de la filosofía griega para proponer la fe cristiana, buscando una síntesis entre el patrimonio heleno-romano y el mensaje evangélico. Precisamente por eso, Boecio ha sido calificado como el último gran representante de la cultura romana antigua y el primero de los intelectuales medievales", recordó.