Esgrimiendo el "sentido de la convivencia, la tolerancia y respeto a las convicciones ajenas", la Federación Internacional de Ateos (FIdA) exigió el inmediato retiro de la Cruz que presidió las celebraciones centrales del Encuentro Mundial de la Familia en Valencia en julio pasado por considerarla una imposición religiosa y una discriminación.
La organización atea reaccionó así a la intención del Ayuntamiento de Valencia de no retirar la Cruz erigida en el parque del río Turia con motivo del EMF y de rebautizar el puente de Monteolivete con el nombre de Benedicto XVI.
Tras considerar la cruz como una expresión de "la estética integrista y megalomaníaca del nacional-catolicismo", la FIdA arguyó que las creencias religiosas “pertenecen estrictamente al ámbito de la privacidad”. Para los ateos, la intención “indecente” del Ayuntamiento, aún en estudio, significa “la imposición de los símbolos, ritos o dogmas” propia solo de “las teocracias, en las cuales la concepción religiosa dominante se funde con el código jurídico”.