El asesinato del ministro católico Shahbaz Bhatti en Pakistán confirma el odio religioso por parte de los extremistas musulmanes que consideran estos hechos como "actos agradables a Alá que garantizan la salvación inmediata", denuncia un sacerdote misionero que sirve en el país desde hace 30 años.
Shahbaz Bhatti fue interceptado ayer por un grupo de enmascarados cuando salía de su residencia rumbo a su oficina. Los asesinos que dijeron ser miembros de Al Qaeda le dispararon con armas automáticas durante dos minutos. El ministro recibió en total ocho disparos que le causaron la muerte.
Los panfletos dejados por los asesinos del ministro Bhatti ayer en la escena del crimen contenían frases como "fue muerto porque era cristiano, infiel y blasfemo", su asesinato es parte de "una guerra de religión para eliminar a aquellos que desean modificar la ley sobre la blasfemia"; y "por gracia de Allah, todos los que son miembros de la Comisión de revisión de la ley, irán al infierno".