El Arzobispo de San Salvador, Mons. Fernando Sáenz Lacalle, manifestó su rechazo y calificó de “triste acontecimiento” la ocupación de la Catedral Metropolitana por parte de un grupo de encapuchados que exigían al Gobierno no privatizar los servicios de salud.
En su homilía en la Catedral de San Salvador, el Prelado condenó la ocupación del templo pues “constituye una gravísima ofensa a Dios pues se ha profanado” y agregó que “la violenta ocupación supuso utilizar el recinto sagrado para fines políticos y gremiales”.
“He pedido a todos que oremos por los sacrílegos infractores para que alcancen a valorar la gravedad de sus actos y pidan perdón por ellos”, afirmó el Arzobispo y confirmó que los manifestantes no ocasionaron daños materiales en el interior de la Catedral.