Arzobispo de Toledo recibe visita del Gran Rabino de Jerusalén

El Gran Rabino de Jerusalén, Yona Metzger, y el Primado de la Iglesia en España, Mons. Antonio Cañizares, sostuvieron una reunión en Toledo en la que ambos reiteraron su deseo de seguir avanzando en el diálogo interreligioso como medio para la paz.

Después de recibirlo en la puerta principal del Arzobispado de Toledo y desearse mutuamente el “shalom” (paz en hebreo), Mons. Cañizares acogió en su despacho personal al Rabino y sostuvieron una entrevista “muy cordial”, según informó la Oficina de Prensa del Arzobispado.

El Rabino agradeció al Arzobispo “la recepción tan cálida, tan amistosa, tan fraterna de que la que hemos gozado durante estos instantes” y recordó “cómo Toledo en el pasado fue el lugar de encuentro de las distintas religiones, de las tres religiones que emanan de la misma inspiración”.

“Hablamos también en un futuro cómo podríamos hacer para que el diálogo que ya existe entre la religión judía y la religión católica pudiera extenderse también al Islam, porque de este diálogo depende mucho el futuro de la humanidad”, dijo el rabino.

Por su parte, el Arzobispo de Toledo agradeció su presencia y expresó su “convencimiento de que el encuentro entre las religiones llevará a la unidad de todos los pueblos, y que este encuentro tiene en estos momentos una visión muy particular: con la oración común y la aceptación y el diálogo mutuo se contribuya a la erradicación de esa lacra tan terrible que es el terrorismo en todas las partes”.

“Hemos expresado nuestro deseo de que este encuentro, entre la religión de Israel, de la que procedemos, y el cristianismo, contribuya también a que en esas raíces cristianas el hombre no se olvide de Dios, que es la fuente de la unidad y de la paz”, declaró Mons. Cañizares.

Yona Metzger, que visitó posteriormente el Museo Sefardí, llegó a Toledo desde Córdoba después de haber rendido un homenaje a las víctimas del 11-M, y haber celebrado el Shabat en la sinagoga “Beth Yaacov” de la Comunidad Judía de Madrid.

Fuentes no oficiales manifestaron que la visita del Rabino de Jerusalén a Toledo obedecería al deseo de recuperar para el culto judío la hoy Iglesia y antigua sinagoga de Santa María La Blanca que, según las mismas fuentes, sería permutada por el Cenáculo de Jerusalén que es actualmente propiedad del estado israelí.