El contrato precisa que el propósito de las escuelas católicas es "reafirmar los valores católicos a través del Evangelio de Jesucristo" y resalta que se espera de los profesores que apoyen el propósito del colegio "de manera que la conducta personal no choque de manera frontal con su capacidad de enseñar en las escuelas católicas".
El contrato no incluye cláusulas morales específicas, informa SFGate.com. En 2012 la Corte Suprema reconoció que los profesores de las escuelas católicas debían regirse según los estándares de comportamiento sin que pudiera suponer para las escuelas católicas un motivo de demanda laboral.
La versión inicial de la arquidiócesis de San Francisco señalaba que en los manuales se explique el magisterio de la Iglesia en temas como moral sexual, ética o técnicas de reproducción asistida. Esos puntos fueron particularmente criticados y la arquidiócesis se vio obligada a modificar sus manuales.
Ted deSaulnier, miembro ejecutivo del sindicato de profesores y docente de religión en la escuela Archbishop Riordan, dijo al respecto que "finalmente el Arzobispo se comprometió y tanto nosotros como él negociamos desde la buena fe". "Quiero la mayor cobertura para cualquier profesor de escuela católica para que puedan tener la vida privada más completa que puedan tener", declaró a SFGate.com.