Al presidir una Eucaristía por el Día de los Trabajadores, el Arzobispo de Rosario, Mons. Eduardo Mirás, advirtió que “la avidez de riquezas” amenaza el bien fundamental del trabajo y trae “la consiguiente injusticia con los más desamparados”.
En su homilía, el Prelado señaló que una de las expresiones de esta injusticia es el desempleo, que daña al individuo, la familia y la sociedad. Asimismo, explicó que el trabajo debe estar ajustado “a las necesidades de las personas y a sus condiciones de vida”; así como buscar una “equidad entre el bien particular y el bien común” que vele por los derechos del trabajador y por la obligación de éste hacia la comunidad.
Durante la Misa, celebrada en la parroquia San José Obrero, el Prelado recordó que la Iglesia proclama el valor del trabajo, su dignidad y necesidad “para el desarrollo de la persona”; gracias al cual “se construye la sociedad, se conforma la vida familiar y se establece el orden político”.