El Arzobispo de Valladolid, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, aclaró que la intención del Papa Benedicto XVI al liberalizar la Misa en latín no es regresar al pasado, como pregonan muchos medios, sino impulsar "la unidad entre los católicos sobre todo a la hora de celebrar, y reconciliar a la Iglesia con su pasado litúrgico, anterior al Concilio (Vaticano II)".
"Aunque lo han repetido tantas veces los medios, no es que el Papa haya decidido que se vuelva a celebrar en latín. Afirmar eso, además de ignorancia, es una frivolidad. Siempre se ha podido celebrar en latín, también después del Concilio Vaticano II, y en latín están escritos los libros litúrgicos de la reforma conciliar, traducidos después a las distintas lenguas", afirmó el Prelado al referirse al Motu Proprio Summorum Pontificum.
En ese sentido, Mons. Rodríguez Plaza advirtió que con su carta apostólica el Papa no desacredita al Concilio Vaticano II, dando la razón, entre otros, a los lefebvristas, pues sabe que las diferencias con ellos "no son solamente litúrgicas; él (Benedicto XVI) tiende la mano, pero no transige con sus convicciones profundas".