29 de noviembre de 2012 / 6:20 p. m.
La Conferencia Episcopal
Argentina (CEA) llamó a la población a la reconciliación para evitar que
el país se divida en “bandos irreconciliables”; también los exhortó a
defender la vida y el verdadero matrimonio entre un hombre y una
mujer.
“A casi treinta años de la democracia, los argentinos
corremos el peligro de dividirnos nuevamente en bandos irreconciliables.
Se extiende el temor a que se acentúen estas divisiones y se ejerzan
presiones que inhiban la libre expresión y la participación de todos en
la vida cívica”, expresó el Episcopado en su reflexión de Adviento.
Los obispos recordaron que la democracia no ha tenido “una
vigencia más plena” en Argentina debido al excesivo caudillismo y a “la
oposición entre las visiones unitaria y federal de la nación, la cual se
extendió fuertemente en los albores de nuestra patria, e
intermitentemente se manifiesta en distintos momentos de la
historia”.
“Cuando en nuestra oración por la patria decimos que
queremos ser nación expresamos un anhelo claramente manifiesto en
nuestra Constitución. Queremos ser una nación basada efectivamente en un
sistema republicano, representativo y federal”, expresaron.
Por ello, llamaron a la población a concretar los ideales de
una verdadera amistad social para construir una democracia más sólida y
duradera.
En su mensaje, los obispos también recordaron que
“la dignidad de la vida desde la concepción hasta su término natural es
la base de todos los derechos humanos” y por tanto las leyes argentinas
deben respetar este derecho.
“La familia, fundada sobre el
matrimonio entre varón y mujer, es un valor arraigado en nuestro pueblo.
Anterior al estado, es la base de toda la sociedad y nada puede
reemplazarla. Vemos con preocupación una corriente cultural y un
conjunto de iniciativas legislativas que parecen soslayar su importancia
o dañar su identidad”, añadieron.
Finalmente, defendieron el
derecho de los padres a decidir la formación de sus hijos y advirtieron
que “la necesaria preparación para la vida cívica de niños y jóvenes
debe excluir la politización prematura y partidista de los alumnos”.