En su visita a la St. Peter’s Residence, una casa de reposo para ancianos, el Papa Benedicto XVI explicó que las personas mayores son una bendición para la sociedad y recordó que sólo Dios puede disponer de la vida desde su nacimiento hasta la muerte natural. El Santo Padre también señaló que el sufrimiento que va unido a la enfermedad debe vivirse en unión profunda con Cristo para que éste cobre sentido.
En su discurso el Papa afirmó que gracias a los avances científicos se aprecia entre las personas una mayor longevidad y por ello "un número creciente de ancianos como una bendición para la sociedad. Cada generación puede aprender de la experiencia y la sabiduría de la generación que la precedió. En efecto, la prestación de asistencia a los ancianos se debería considerar no tanto un acto de generosidad, cuanto la satisfacción de una deuda de gratitud".
Tras recordar que la Iglesia promueve un gran respeto hacia los ancianos, Benedicto XVI manifestó que "Dios quiere un verdadero respeto por la dignidad y el valor, la salud y el bienestar de las personas mayores y, a través de sus instituciones caritativas en el Reino Unido y otras partes, la Iglesia desea cumplir el mandato del Señor de respetar la vida, independientemente de su edad o circunstancias".