La madre decidió solicitar medidas cautelares luego de enterarse de que la Defensoría del Pueblo solicitó a nombre la niña "una medida cautelar en el sentido opuesto, con la intención de que se ordene al Estado hacer uso de medios coercitivos que terminen con la realización del aborto químico con mifepristona que ya se ha rechazado en forma expresa".
Además, el jueves pasado, la Defensoría del Pueblo ya había interpuesto una demanda penal en contra del personal médico del hospital Percy Boland, los funcionarios de las defensorías de la Niñez y Adolescencia de Santa Cruz y Yapacaní, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) y de la madre.
Los supuestos delitos serían el incumplimiento de deberes, desobediencia a acciones de defensa y por trata de personas.
"La Defensoría del Pueblo no representa ni en forma legal ni convencional a (mi hija) y además está ignorando en forma consciente su voluntad, la que expresó al personal de salud cuando se encontraba hospitalizada en el centro médico Percy Boland", indicó la madre.
"Su intencionalidad (de la Defensoría) se encuentra claramente distorsionada y responde a su obsesión con la idea de que no podría querer tomar (la niña) una decisión distinta a la de abortar, en circunstancias de que como constató el personal médico del mismo recinto, ella no se encuentra bajo un riesgo real e inminente a su salud", precisó.
La madre reiteró: "Están poniendo palabras e intenciones en su boca, ignorando su opinión y decisión, con el objeto de obligarla a abortar, porque ellos, y no ella, pretenden que eso es lo mejor".
El 26 de octubre, la Secretaría General de la CEB exhortó a las autoridades del país a respetar y proteger el derecho a la vida y salud de la niña y de su bebé en gestación.
"Ambas vidas merecen y deben ser protegidas. Afirmamos que, tanto los derechos de la niña, como los del bebé que crece en su vientre, deben protegerse, ya que ambos son inocentes y víctimas de un acto criminal, que tiene una gravísima responsabilidad por la que se debe responder", indicó CEB en un comunicado emitido el 26 de octubre.
Los obispos recordaron "que no se puede obligar a nadie a realizar abortos, ni siquiera ante la gravedad de la violencia sexual, porque el aborto en Bolivia es un delito, aún bajo causales de impunidad y no se puede forzar a nadie, ni al personal de salud, a cometer este delito".
Diego López Marina es comunicador y periodista de profesión. Es parte de ACI Prensa desde 2016 y en la actualidad se desempeña como uno de los editores web de la agencia.