¿Qué hacer?
"Mi respuesta es sencilla. Necesitamos proclamar a Jesucristo. Proclamarlo audazmente, con creatividad. Necesitamos narrar nuestra historia de salvación de una manera nueva. Con caridad y confianza, sin miedo. Ésta es la misión de la Iglesia para todas las épocas y para todos los momentos culturales", dijo el Arzobispo de Los Ángeles.
"No deberíamos dejarnos intimidar por estas nuevas religiones de justicia social y de identidad política. El Evangelio sigue siendo la fuerza más poderosa de cambio social que jamás haya existido en el mundo. Y la Iglesia ha sido 'antirracista' desde el principio. Todos están incluidos dentro de su mensaje de salvación".
El Prelado de origen mexicano señaló que "Jesucristo vino a anunciar la nueva creación, vino a anunciar al hombre nuevo y a la mujer nueva, dotados de la capacidad de llegar a ser hijos de Dios, de ser renovados a imagen de su Creador".
El Arzobispo reconoció que "en la Iglesia no siempre hemos estado a la altura de esos hermosos principios, ni hemos cumplido plenamente la misión que nos fue confiada por Cristo, pero el mundo no necesita una nueva religión secular para reemplazar al cristianismo".
"Más bien, necesita que ustedes y yo seamos mejores testigos, mejores cristianos. Empecemos por perdonar, por amar, por sacrificarnos por los demás, desechando los venenos espirituales como son el resentimiento y la envidia".
El Prelado alertó sobre el peligro de "deslizarnos hacia un nuevo 'tribalismo', hacia una idea precristiana de la humanidad, que la ve dividida en grupos y facciones, en competencia unos con otros. Tenemos que vivir y proclamar el Evangelio como el verdadero camino hacia la liberación de toda esclavitud e injusticia, espiritual y material".
"En nuestra predicación, en la vida práctica, y especialmente en nuestro amor hacia nuestro prójimo, hemos de dar testimonio del hermoso proyecto de Dios para nuestra humanidad común, es decir, el origen y destino común que tenemos en Dios".
Mons. Gomez resaltó que "en este tiempo la Iglesia debe ser una voz para la conciencia individual y la tolerancia".
Para concluir su discurso, el Arzobispo de Los Ángeles alentó a contemplar la providencia divina y compartió su convicción "de que en la próxima década veremos un despertar espiritual y un crecimiento en la fe, al prepararnos para el 500 aniversario de la aparición" de la Virgen de Guadalupe.
Sus palabras "en el Tepeyac me llenan de inspiración y de fortaleza: 'No estoy yo aquí, que soy tu madre. ¿No estás bajo mi sombra, y resguardo?'"
"¡Que Dios los bendiga a todos y María Santísima de Guadalupe interceda por todos nosotros!", concluyó.
Walter Sánchez Silva es senior writer en ACI Prensa, con más de 15 años cubriendo eventos de la Iglesia en Europa, América y Asia.