Por Matthew Bunson
En agosto de 2024, recordamos a varios santos cuyas vidas reflejan características similares de fe y devoción. Aquí exploramos sus historias y legados.
Santos de la penitencia: Alfonso María de Ligorio y Juan María Vianney
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El 1 y 4 de agosto celebramos, respectivamente, a San Alfonso María de Ligorio y a San Juan María Vianney, conocido como el Santo Cura de Ars. Ambos son ejemplos de celo sacerdotal y dedicación al sacramento de la Confesión.
San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia y fundador de los redentoristas, comenzó su carrera como abogado, obteniendo su doctorado en Derecho a los 16 años. Tras un fracaso legal significativo, dejó el derecho y se convirtió en sacerdote. En 1745 escribió sus primeras obras devocionales y en 1748 publicó su guía de Teología Moral. Considerado uno de los más grandes teólogos morales de la historia, fue declarado patrono de los confesores y teólogos morales por el Papa Pío XII en 1950.
San Juan María Vianney, el Cura de Ars, es reconocido como uno de los confesores más importantes y patrono de los párrocos. A pesar de las dificultades para ingresar al seminario y su incapacidad para aprender latín, fue ordenado sacerdote por su bondad. En la aldea de Ars (Francia), su reputación como confesor atrajo a numerosos penitentes, llegando a pasar hasta 18 horas al día en el confesionario. Al igual que Alfonso, enfrentó envidias y críticas, pero su devoción y santidad prevalecieron.
Santos del campo de concentración: Edith Stein y Maximiliano Kolbe
El 9 y 14 de agosto honramos a dos mártires del nazismo: Santa Edith Stein y San Maximiliano Kolbe, quienes representan la resistencia y la fe en tiempos de horror.
Santa Edith Stein, también conocida como Hermana Teresa Benedicta de la Cruz, fue una filósofa judía convertida al catolicismo y monja carmelita. Tras abrazar el catolicismo, entró en los carmelitas en 1934. En 1942, fue arrestada y enviada al campo de concentración de Auschwitz, donde murió en una cámara de gas. Fue canonizada por el Papa San Juan Pablo II en 1998 y nombrada copatrona de Europa en 1999.
San Maximiliano Kolbe, sacerdote franciscano y mártir, nació en Polonia y fue ordenado sacerdote en 1918. Durante la ocupación nazi, fue arrestado y enviado a Auschwitz, donde ofreció su vida para salvar a otro prisionero condenado a muerte. Murió el 14 de agosto de 1941, dejando un legado de sacrificio y amor al prójimo.
Santos que son parientes: Santa Mónica y San Agustín
Al final de agosto celebramos a Santa Mónica (27 de agosto) y su hijo San Agustín (28 de agosto), un ejemplo de perseverancia y conversión.
Santa Mónica dedicó años de oración para la conversión de su hijo, Agustín, quien llevaba una vida libertina. Su fe y perseverancia fueron recompensadas cuando San Agustín se convirtió bajo la influencia de San Ambrosio de Milán y fue bautizado. Mónica murió en Ostia en 387, feliz de ver la conversión de su hijo.
San Agustín se convirtió en uno de los más grandes Padres de la Iglesia occidental, influenciando profundamente la teología cristiana y la civilización occidental. Su legado no habría sido posible sin la devoción y las oraciones de su madre.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente el 13 de agosto de 2017 en National Catholic Register. Ha sido actualizada para su republicación.
Matthew Bunson es vicepresidente y director editorial de EWTN News. Durante los últimos 20 años, el Dr. Bunson ha estado activo en el área de las comunicaciones sociales y la educación católica, incluyendo la redacción, edición y enseñanza sobre una variedad de temas relacionados con la historia de la Iglesia, el papado, los santos y la cultura católica.
