6 de abril de 2015 / 10:28 AM
La oficina de Shelan Jibrael se encuentra en la ciudad iraquí de Erbil, hacia donde han emigrado decenas de miles de cristianos desplazados por el Estado Islámico. Pero es mucho más probable encontrarla en los diversos campos de refugiados alrededor de la ciudad, atendiendo no sólo a los cristianos, sino a quienes se encuentran en una situación aún más dramática: los Yazidíes.
Los Yazidíes son una minoría que sigue la antigua religión de Zoroastro, y dado que llaman a su divinidad con la misma palabra árabe que los musulmanes usan para "satanás", el Islam los considera, erróneamente, "adoradores del demonio". Por esta razón el Estado Islámico los persigue con mayor ferocidad que a los mismos cristianos.
Y dado que la mayoría de ellos practican la poligamia, las comunidades cristianas los consideran una especie de rama del Islam. "Nuestros hermanos cristianos sufren terriblemente, pero por lo menos cuentan con la solidaridad de nuestros hermanos en la fe alrededor del mundo... los yazidi en cambio no tienen nada ni a nadie, son los más pobres de los pobres" dice a ACI Prensa Shelan, que trabaja para la ONG no confesional japonesa Ivy.