El sacerdote argentino Tomás Agustín Beroch aseguró que “la teología de la liberación, al ir de la mano con el marxismo, termina siendo cómplice de las barbaridades del comunismo”.

El P. Beroch, que sirve en la diócesis de Savannah, en el estado de Georgia (Estados Unidos), hizo esta afirmación el 20 de mayo en su cuenta de la red social X (antes Twitter). El presbítero fue ordenado en 2010 tras estudiar en la Pontificia Universidad Urbaniana en Roma y en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino.

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El sacerdote argentino explicó que dedicó su publicación al tema ante la consulta de algunas personas que quieren saber si la teología de la liberación es algo bueno y si pueden comulgar con ella.

“La teología de la liberación, al ir de la mano con el marxismo, termina siendo cómplice de las barbaridades del comunismo (el comunismo dejó más de 200 millones de muertos en el siglo XX, además de haber prohibido las libertades fundamentales, en especial la religiosa), que no hace más que reducir al ser humano a la tuerca de un engranaje social dominado por un estado totalitario”, escribió el sacerdote argentino.

“Pero lo más grave de la teología de la liberación es que, en el mejor de los casos, se ocupa de los cuerpos de los hombres pero no de sus almas, y como dijo Cristo: ‘¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?’ (Mc 8, 36)”, continuó el P. Beroch.

“La verdadera liberación”

El sacerdote resaltó asimismo que “la verdadera liberación se da en el confesionario, cuando un hombre se arrepiente de sus pecados y busca cambiar su vida pecaminosa por la gracia divina. De nada le sirve a un hombre salir de la pobreza material para luego condenar su alma en el infierno”.

El presbítero argentino alertó también que “la teología de la liberación elimina en el hombre sea el pecado original como los pecados personales. También elimina a la Iglesia como único camino de salvación ya que profesa que todas las religiones son iguales”.

“Y más grave aún: la teología de la liberación hace creer a los hombres que su problema principal está en el cuerpo, cuando en realidad está en el alma, pues como dijo Jesús: ‘No temáis a los que matan el cuerpo. Temed más bien a quien puede arrojar vuestras almas en el infierno’ (Mt 10, 28)”, continuó.

“Contra los errores de esta nefasta ideología, hay que decir que la única liberación está en Cristo y en la Iglesia Católica, sin la cual no hay salvación. El único modo que el hombre puede ser liberado es arrepintiéndose de sus pecados, confesándose y buscando vivir una vida según los mandamientos divinos. La verdadera esclavitud no está en la pobreza, sino en el pecado”, remarcó el sacerdote.

Tras señalar que no se opone a la ayuda a los pobres y que es muy necesario “buscar con todas las fuerzas que los hombres no vivan en la pobreza material”, el P. Beroch indicó que “es mejor morir pobre materialmente pero en gracia de Dios, que morir lleno de oro pero en pecado mortal”.

“Nunca dejemos de ayudar a los pobres, pero preocupémonos en primer lugar de la pobreza espiritual. Esa es la primera misión de la Iglesia”, subrayó.

El sacerdote describió también tres aspectos de la “teología latinoamericana de liberación”.

1. “No es teología”

Tras señalar que, de modo simple se puede definir la teología de la liberación como “mezclar marxismo con catolicismo”, el sacerdote señaló que “la teología tiene como objeto formal a Dios como último fin y hacia lo cual todo debe ser dirigido. La teología de la liberación no es teología ya que busca reducir todo misterio revelado por Dios (Encarnación, Trinidad, Virginidad de María) al plano humano-temporal”.

“La teología de la liberación busca que los misterios divinos sean reducidos al plano ‘simplemente racional e inmanente’ (es decir, el misterio deja de ser tal y se encierra en la pobre mente humana). Haciendo esto, se quita del medio a Dios y solo queda el hombre”, agrega.

2. “No es latinoamericana”

“Sus principales pensadores no son de América Latina, pues su filosofía inmanentista es hegeliana (Friedrich Hegel era alemán), y su teología es en gran parte rahnereana (Karl Rahner era alemán también)”, afirma el sacerdote argentino.

3. “No es de liberación”

“La verdadera liberación que Cristo hace es la del pecado. Por lo tanto, si bien la Iglesia también debe buscar ayudar a los pobres del punto de vista material, eso no sirve de nada si uno no busca la salvación de sus almas en primer lugar”, resaltó.

Tras destacar que “para el marxismo, los pobres no son más que un instrumento para alcanzar el poder político”, el sacerdote refirió que “los únicos comunistas felices que conozco son aquellos que no viven en un país marxista”.

¿Qué es la teología de la liberación?

Se conoce como teología de la liberación a una serie de corrientes teológicas que surgieron durante la segunda mitad del siglo XX. Algunas de estas incorporaron el análisis marxista en su comprensión de la realidad y fueron condenadas por el Vaticano durante el pontificado de San Juan Pablo II, cuando el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI, publicó dos instrucciones al respecto.

En enero de 2017, el Papa Francisco se refirió al tema en una entrevista con el diario español El País: “La teología de la liberación fue una cosa positiva en América Latina. Fue condenada por el Vaticano la parte que optó por el análisis marxista de la realidad. El cardenal (Joseph) Ratzinger hizo dos instrucciones cuando era prefecto de la Doctrina de la Fe”.

La primera se emitió en agosto de 1984 con el título Libertatis Nuntius y responde a los postulados del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, en su libro Teología de la Liberación. Perspectivas. La segunda instrucción se llama Libertatis Conscientia y fue publicada en marzo de 1986.