Sacerdotes argentinos llevan el Evangelio a sitios donde la Iglesia Católica no ha llegado antes

El P. Highton lleva el Evangelio a sitios donde la Iglesia nunca había llegado El P. Highton lleva el Evangelio a sitios donde la Iglesia nunca había llegado | Crédito: Luis M. Piccinali

Desde un lugar no revelado en el sudeste asiático por miedo a un gobierno ateo, el intrépido P. Federico Highton dedica su vida a anunciar el Evangelio a todas las personas, especialmente a aquellas que viven en lugares donde la fe ha desaparecido o nunca ha llegado.

El P. Highton y el P. Javier Olivera Ravasi son dos sacerdotes argentinos que en 2015 fundaron la Orden de San Elías, cuyo lema es “Fiado en mi Dios, asalto la muralla”, que proviene del Salmo 17.

La orden se dedica al compromiso cultural y al envío de misioneros ad gentes (“a las naciones”), en referencia al decreto del Concilio Vaticano II que reafirmó el llamado a las misiones y la salvación en Cristo y destacó el vínculo entre evangelización y caridad para los pobres.

El sitio web de la orden afirma que sus miembros buscan a los perdidos y a las “inmensas multitudes que tienen sed de Cristo”, como se cita en la Evangelii Gaudium del Papa Francisco, "incluso cuando no saben que están perdidos". Van a donde la fe católica ha desaparecido o no se ha asentado y han ido a Afganistán, Yemen, Costa de Marfil, Benin, Tíbet, Laos, China y la región nororiental de Sikkim en la India. Un video producido recientemente ubica al P. Highton en Malawi.

CNA —agencia en inglés de EWTN News— preguntó al P. Highton por qué se aleja tanto de su Argentina natal, que tiene sus propias necesidades materiales y espirituales.

“El escritor italiano Vittorio Missori dijo una vez que la religión católica es una de 'y/y', no 'o/o', es decir, es mística y ascética. Busca la salvación de las almas en todas partes, no sólo en los barrios marginales de Buenos Aires sino también en las montañas del Himalaya y en lo profundo de China”, dijo el P. Highton. “La vocación de un misionero es ir a cualquier lugar ad gentes, al igual que la vocación de los monjes cartujos es orar y ayunar y la de los periodistas buscar la verdad”.

Más en América

La orden toma su nombre del profeta bíblico y santo Elías. El sitio web de la orden expresa admiración por “el espíritu heroico del santo profeta que, con su celo y su incansable predicación, fue un apasionado misionero. Así como los padres carmelitas se inspiraron en él en su dimensión contemplativa, aquí buscamos heredar su ‘parresía’ misionera”.

En abril de 2020, el Papa Francisco, de origen argentino, pronunció una homilía sobre la parresía, que a menudo se traduce como “audacia”, como se encuentra en Hechos 4, 13-21. El pontífice dijo de los apóstoles Pedro y Juan, que se enfrentaron al Sanedrín en el Templo: “El don del Espíritu Santo: franqueza, valentía, parresía, es un don, una gracia que el Espíritu Santo le da en el día de Pentecostés. Inmediatamente después de haber recibido el Espíritu Santo salieron a predicar con valentía, algo nuevo para ellos”.

El P. Olivera Ravasi dijo que el Papa Francisco recibió personalmente a los miembros de la orden y les dio instrucciones de evangelizar en lugares donde antes no se había compartido la fe, al tiempo que les proporcionó la autorización necesaria para el trabajo misionero.

Además de la parresía, la Orden de San Elías se basa en el compromiso heroico, la fidelidad al “misterio” divino (la igualdad con la que deben ser tratados los gentiles, como se menciona en Efesios) y la devoción a la Virgen María. Su intención es predicar con valentía la fe católica y proclamarla “desde las azoteas” (Mt 10,27) sin temer a aquellos “que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma” (Mt 10,28).

“Al igual que los mártires, como San Blas, estamos llamados a la parresía aunque seamos cortados en pedazos”, dijo el P. Highton.

Mientras está en Asia, su hermano y cofundador de la orden, el P. Olivera Ravasi, permanece en Argentina, donde lidera la “contrarrevolución católica” de la Orden con enseñanza y extensión a estudiantes universitarios y jóvenes profesionales.

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El  P. Olivera Ravasi, abogado, teólogo, bloguero y autor que ha producido numerosas videoconferencias y entrevistas en YouTube, dijo a ACI Prensa que la Orden de San Elías celebró recientemente su octavo aniversario y está buscando comprar una casa en el corazón de Buenos Aires para ofrecer estudios, una sala de conferencias y una librería donde los jóvenes puedan recibir instrucción en la fe y exposición a la cultura católica. La orden también cuenta con una casa de formación para seminaristas en Ecuador bajo el auspicio de un arzobispo.

Si bien hay misioneros de otras órdenes en Argentina, el P. Highton dijo que la Orden de San Elías tiene su propio carisma y dinamismo apostólico: “Vamos a las misiones con sólo una mochila y sin el aparato burocrático de los demás. Es como si fuéramos comandos misioneros. En la Iglesia están las tropas regulares, pero nosotros somos los comandos”.

El P. Highton está acompañado en algunas de sus misiones por voluntarios, seminaristas y laicos de Argentina y otros lugares. En Argentina existen varias parroquias atendidas por sacerdotes asociados a la orden.

"Es una gran gracia que él nos ha concedido", dijo el sacerdote. “Estamos en contacto con los obispos y religiosos, como los franciscanos, en los países que visitamos y cooperamos con ellos. Trabajamos con las Siervas de la Palabra en Malawi y tuvimos gran éxito, por ejemplo. Con ellas pudimos iniciar capillas donde no las había”.

Refiriéndose a su obra en la India, que inicialmente fue evangelizada en tiempos apostólicos por Santo Tomás y ha seguido teniendo presencia cristiana, el P. Highton dijo: “Esos fueron días de espléndida evangelización a los que siguieron años de menor esplendor. Estamos siendo llamados a otro auge de la obra misionera ‘ad gentes’. Hoy, lamentablemente, los llamados de los Papas a la evangelización no han sido atendidos. En gran parte del mundo, la obra misional está casi muerta. En el siglo XX, todos los Papas nos dicen que evangelizar ad gentes es urgente. Mientras los protestantes avanzan con éxito en tierras paganas, en muchos lugares no hay actividad católica”.

Entre sus modelos en el sacerdocio, el P. Highton mencionó al sacerdote y autor Leonardo Castellani (1899-1981), quien sigue siendo influyente en el mundo de habla hispana.

“Comencé a leer a Castellani como laico y luego en el seminario. Su ejemplo está en mi sangre y en mi alma”, afirmó.

Lo que aprendió, dijo, es que todos los creyentes “estamos llamados a evangelizar y cada uno de nosotros tiene una función en el cuerpo de Cristo para salvar almas y salvar sus propias almas”.

"Mi mayor desafío sería evangelizar a los musulmanes en tierras musulmanas", continuó.

En el pasado, el P. Highton ha sido encarcelado por su actividad misionera, acosado por chamanes paganos, y ha sufrido varios ataques de malaria. A menudo viaja solo o, a veces, con guías dedicados.

CNA consultó al P. Highton si había sido testigo de una resistencia diabólica a su misión.

“En primer lugar, la resistencia diabólica afecta a todos a través de la tentación. El diablo se manifiesta tentándome. A través de la confesión, para gloria de Dios, confieso mis pecados y tentaciones”, dijo.

En África fue testigo de manifestaciones y posesiones diabólicas. “Hubo un caso aterrador del que fui testigo, en el que un obispo me dio autoridad como exorcista. Era una niña que espontáneamente se desnudaba en la escuela y entraba en trance. Avergonzados, sus padres dejaron de enviarla a la escuela. Pero al final el Señor la liberó”, recordó.

Dijo que se prepara cada día con el Oficio Divino y el ayuno, seguido de la celebración de la Santa Misa antes de salir. Él y sus compañeros evangelizan por la mañana y por la noche, respetando la regla de la oración y el rosario. Actualmente hay nueve sacerdotes en la orden y seis seminaristas están listos para unirse. Piden oraciones y donaciones para poder continuar con su trabajo.

“La Iglesia no quiere que el mundo confíe en ella si el precio de esa confianza es que el mundo niegue a Dios”, dijo Highton. “La Iglesia no quiere la confianza de los poderosos al precio de renunciar a la Palabra. Si la Iglesia deja de ser misionera, pierde su razón de ser: la confianza de los potentados en una Iglesia no misionera es confianza en una prostituta, no confianza en la Santa Madre Iglesia”.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.

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