A 30 años de la tragedia, algunos de los presos ya han sido liberados. Al respecto, el P. Ngoboka señaló que “la experiencia ha demostrado que la gente salía de la cárcel para entrar ahora en una gran prisión de la sociedad, porque la gente no había tenido la oportunidad de conocerse, hablar con ellos y dejarles pedir perdón o discutir lo sucedido”.
En la Comisión de Justicia hay laicos voluntarios y sacerdotes, todos comprometidos con el trabajo de mediadores. “Los que estaban en prisión para salir queríamos que salieran con ideas de conversión, pero también preparar a la comunidad para acogerlos”, explicó.
A pesar de que Ruanda aún vive conflictos internos, ninguna crisis se compara con aquel genocidio. Sin embargo, quedan las cenizas de aquella catástrofe humanitaria. “En Ruanda, fue una situación muy complicada, muy deplorable, porque el genocidio lo cometieron ruandeses que mataron a otros ruandeses”, lamentó el P. Ngoboka.
Ana Paula Morales
Ana Paula Morales tiene maestrías en Neuromarketing, Comunicación Integral Aplicada y Teología. Escribe para ACI Prensa en México desde 2022.