Sábado 5 de octubre

Evangelio según San Lucas, capítulo 10, versículos del 17 al 24

17 Entretanto los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre". 18 Díjoles: "Yo veía a Satanás caer como un relámpago del cielo. 19 Mirad que os he dado potestad de caminar sobre serpientes y escorpiones y sobre todo poder del enemigo, y nada os dañará. 20 Sin embargo no habéis de gozaros en esto de que los demonios se os sujetan, sino gozaos de que vuestros nombres están escritos en el cielo".

Infancia espiritual

21 En aquella hora se estremeció de gozo, en el Espíritu Santo, y dijo: "Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mantenido estas cosas escondidas a los sabios y a los prudentes, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te plugo a Ti. 22 Por mi Padre, me ha sido dado todo, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, y quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelarlo". 23 Y volviéndose hacia sus discípulos en particular, dijo: "¡Felices los ojos que ven lo que vosotros veis! 24 Os aseguro: muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron".

Comentario

18. Sobre esta visión profética de Jesús véase Apoc. 12, 9; Dan. 12, 1.

20. Están escritos en el cielo, "que, en buena teología, es como decir: Gozaos si están escritos vuestros nombres en el libro de la vida. Donde se entiende que no se debe el hombre gozar sino en ir camino de ella, que es hacer las obras en caridad; porque ¿qué aprovecha y qué vale delante de Dios lo que no es amor de Dios?" (S. Juan de la Cruz). Cf. Apoc. 20, 15; 22, 19.

21. He aquí el gran misterio de la infancia espiritual, que difícilmente aceptamos, porque repugna, como incomprensible al orgullo de nuestra inteligencia. Por eso S. Pablo dice que la doctrina del Evangelio es escándalo y locura (I Cor. caps. 1 - 3). Cf. 11, 34 ss. y nota; 18, 17; Mat. 11, 25 y nota; 18, 3 s.; 19, 17; I Cor. 14, 20; II Cor. 4, 3.

23. Véase Mat. 13, 16 s.


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios