Miércoles 31 de julio
Parábolas del tesoro escondido de la perla y de la red.
44 "El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo; un hombre, habiéndolo descubierto, lo volvió a esconder, y en su gozo fue y vendió todo lo que tenía, y compró aquel campo.
45 También, el reino de los cielos es semejante a un mercader en busca de perlas finas.
Comentario
44. El tesoro es la fe y la gracia que vienen
del Evangelio, como lo dice Benedicto XV. El mismo Pontífice aplica
esta parábola a los que se dedican al estudio de la Sagrada Escritura
y alega como ejemplos a los dos grandes Doctores Agustín y Jerónimo,
que en su dicha de haber encontrado el tesoro de la divina Palabra se despidieron
de los placeres del mundo (Encicl. "Spiritus Paraclitus").
Véase 6, 21 y nota: "Porque allí donde está tu tesoro,
allí también estará tu corazón".
Jesús nos da aquí una piedra de toque para discernir en materia
de espiritualidad propia y ajena. El que estima algo como un tesoro, no necesita
que lo fuercen a buscarlo. Por eso San Pablo nos quiere llevar por sobre todo
al conocimiento de Cristo (Ef. 4, 19). Una vez puesto el corazón en
Él, es seguro que el mundo ya no podrá seducirnos.
45. Perla fina es llamado el reino de los cielos para indicar que quien lo descubre en el Evangelio, lo prefiere a cuanto pueda ofrecer el mundo. Otra interpretación de gran enseñanza espiritual es que Jesús dio todo lo que tenía por la Iglesia y por cada alma (Gál. 2, 20) que para El es una perla de gran valor (Juan 10, 39; Cant. 4, 1; 7, 11). Así se ha dado también a estas parábolas un sentido profético, aplicando la perla preciosa a la Iglesia y el tesoro escondido a Israel, por cuya caída Él extendió su obra redentora a toda la gentilidad. Cf. Rom. 11, 11 y 15: "Ahora digo: ¿Acaso tropezaron para que cayesen? Eso no; sino que por la caída de ellos vino la salud a los gentiles para excitarlos (a los judíos) a emulación. Pues si su repudio es reconciliación del mundo, ¿qué será su readmisión sino vida de entre muertos?
Estos comentarios
corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario
de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE
Multimedios