Miércoles 30 de octubre

Evangelio según San Lucas, capítulo 13, versículos del 22 al 30

La puerta angosta

22 Y pasaba por ciudades y aldeas y enseñaba yendo de viaje hacia Jerusalén. 23 Díjole uno: "Señor, ¿los que se salvan serán pocos?" 24 Respondióles: "Pelead para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os lo declaro, tratarán de entrar y no podrán. 25 En seguida que el dueño de casa se haya despertado y haya cerrado la puerta, vosotros, estando fuera, os pondréis a llamar a la puerta diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Mas él respondiendo os dirá: "No os conozco (ni sé) de dónde sois". 26 Entonces comenzaréis a decir: "Comimos y bebimos delante de ti, y enseñaste en nuestras plazas". 27 Pero él os dirá: "Os digo, no sé de dónde sois. Alejaos de mí, obradores todos de iniquidad". 28 Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y a vosotros arrojados fuera. 29 Y del oriente y del occidente, del norte y del mediodía vendrán a sentarse a la mesa en el reino de Dios. 30 Y así hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos".

Comentario

26. Enseñaste en nuestras plazas: En el v. 27. El insiste en decir que no los conoce. Además, escrito está que "nadie oirá su voz en las plazas", porque El no será turbulento (cf. Mat. 12, 19 y nota). Si ellos escucharon, pues, fue a otros, como se lo anunció Jesús (Juan 5, 43 y nota); a otros que no buscaban la gloria del que los envió, sino la propia gloria (Juan 7, 18 y nota), por lo cual no podían tener fe (Juan 5, 44 y nota). Esos no eran por tanto, los verdaderos discípulos a quienes El dijo: "Quien a vosotros escucha, a Mí me escucha" (Luc. 10, 16), sino los falsos profetas sobre los cuales tanto había prevenido El. Cf. Mat. 7, 15 y nota.

27. Véase Mat. 15, 8, citando a Is. 29, 13. Mat. 7, 23; 25, 41. Condena Jesús anticipadamente a aquellos cristianos que se contentan con el solo nombre de tales y con la vinculación exterior a la Iglesia.


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios