Lunes Santo (25
de marzo)

Evangelio según San Juan, capítulo 12, versículos del 1 al 11

María unge a Jesús.

1 Jesús, seis días antes de la Pascua, vino a Betania donde estaba Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. 2 Le dieron allí una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con Él. 3 Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo puro de gran precio, ungió con él los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos, y el olor del ungüento llenó toda la casa. 4 Judas el Iscariote, uno de sus discípulos, el que había de entregarlo, dijo; 5 "¿Por qué no se vendió este ungüento en trescientos denarios, y se dio para los pobres?" 6 No dijo esto porque se cuidase de los pobres, sino porque era ladrón; y como él tenía la bolsa, sustraía lo que se echaba en ella. 7 Mas Jesús dijo: "Déjala, que para el día de mi sepultura lo guardaba. 8 Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, mas a Mí no siempre me tenéis". 9 Entre tanto una gran multitud de judíos supieron que Él estaba allí, y vinieron, no por Jesús solo, sino también para ver a Lázaro, a quien Él había resucitado de entre los muertos. 10 Entonces los sumos sacerdotes tomaron la resolución de matar también a Lázaro, 11 porque muchos judíos, a causa de él, se alejaban y creían en Jesús.

Comentario

3. Sobre esta cena de Betania véase también Mat. 26, 6 ss.; Marc. 14, 3 ss. Según S. Crisóstomo y S. Jerónimo, esta María, hermana de Lázaro de Betania, no sería idéntica con la pecadora que unge a Jesús en Luc. 7, 36 - 50. En cambio, otras opiniones coinciden con la Liturgia que las identifica a ambas, como se ve en la Misa de Santa María Magdalena, el 22 de julio, y consideran que la actitud amorosa y fiel de Magdalena al pie de la Cruz y en la Resurrección (19, 25; 20, 1 - 18), es muy propia de aquella que en Betania escuchaba extasiada a Jesús (Luc. 10, 38 ss.).

6. Jesús, el más pobre de los pobres, no llevaba dinero, ni lo llevaban los apóstoles, sino que vivían de limosnas, cuyo administrador infiel era Judas Iscariote. Este es llamado ladrón porque sustraía los fondos comunes. Podemos juzgar lo que valía su defensa de los pobres, cuando él, por dinero, llegó a entregar a su divino Maestro. Cf. I Cor. 13, 3.

10. No lograron quitar la vida a Lázaro. Según una tradición, fue uno de los primeros obispos de Chipre. El emperador León VI exhumó su cuerpo para entregarlo a Santa Ricardis, esposa del emperador Carlos III.

 

Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios