Miércoles 17 de julio
Infancia espiritual
25 Por aquel tiempo Jesús dio una respuesta, diciendo: "Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque encubres estas cosas a los sabios y a los prudentes, y las revelas a los pequeños. 26 Así es, oh Padre, porque esto es lo que te agrada a Ti. 27 A Mí me ha sido transmitido todo por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre conoce bien nadie sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelar (lo).
Comentario
25. El Evangelio no es privilegio de los que
se creen sabios y prudentes, sino que abre sus páginas a todos los
hombres de buena voluntad, sobre todo a los pequeñuelos, esto es, a
los pobres en el espíritu y humildes de corazón, porque "aquí
tienen todos a Cristo, sumo y perfecto ejemplar de justicia, caridad y misericordia,
y están abiertas para el género humano, herido y tembloroso,
las fuentes de aquella divina gracia, postergada la cual y dejada a un lado,
ni los pueblos ni sus gobernantes pueden iniciar ni consolidar la tranquilidad
social y la concordia" (Pío XII en la Encíclica "Divino
Afflante Spiritu").
Estos comentarios
corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario
de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE
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