Miércoles 15 de mayo



Evangelio según San Juan, capítulo 17, versículos del 11 al 19

11 Yo no estoy ya en el mundo, pero éstos quedan en el mundo mientras que Yo me voy a Ti. Padre Santo, por tu nombre, que Tú me diste, guárdalos para que sean uno como somos nosotros. 12 Mientras Yo estaba con ellos, los guardaba por tu Nombre, que Tú me diste, y los conservé, y ninguno de ellos se perdió sino el hijo de perdición, para que la Escritura fuese cumplida. 13 Mas ahora voy a Ti, y digo estas cosas estando (aún) en el mundo, para que ellos tengan en sí mismos el gozo cumplido que tengo Yo. 14 Yo les he dado tu palabra y el mundo les ha tomado odio, porque ellos ya no son del mundo, así como Yo no soy del mundo. 15 No ruego para que los quites del mundo, sino para que los preserves del Maligno. 16 Ellos no son ya del mundo, así como Yo no soy del mundo. 17 Santifícalos en la verdad: la verdad es tu palabra. 18 Como Tú me enviaste a Mí al mundo, también Yo los he enviado a ellos al mundo. 19 Y por ellos me santifico Yo mismo, para que también ellos 20 sean santificados, en la verdad".

Comentario

11. Véase 18, 36; Mat. 16, 16 ss. y notas.

12. El hijo de perdición es Judas. Véase Marc. 14, 21; S. 40, 10; 54, 14; Hech. 1, 16. Hijo de perdición se llama también al Anticristo (II Tes. 2, 3).

15. Es lo que imploramos en la última petición del Padre nuestro (Mat. 6, 13).

17. "Vemos aquí hasta qué punto el conocimiento y amor del Evangelio influye en nuestra vida espiritual. Jesús habría podido decirle que nos santificase en la caridad, que es el supremo mandamiento. Pero El sabe muy bien que ese amor viene del conocimiento (v. 3). De ahí que en el plan divino se nos envió primero al Verbo, o sea la Palabra, que es la luz; y luego, como fruto de El, al Espíritu Santo que es el fuego, el amor". Cf. S. 42, 3.

19. Por ellos me santifico: Vemos aquí una vez más el carácter espontáneo del sacrificio de Jesús. Cf. 14, 31 y nota. En el lenguaje litúrgico del Antiguo Testamento "santificar" es segregar para Dios. En Jesús esta segregación es su muerte, segregación física y total de este mundo (v. 11 y 13); para los discípulos, se trata de un divorcio del mundo (v. 14 - 16) en orden al apostolado de la verdad que santifica (v. 3 y 17).


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios