El P. Waldo Riveros manifestó que es "antiético, inhumano y un pecado grave delante del Señor, la marginación y el rechazo a las personas" enfermas de COVID-19.
La reflexión del sacerdote nace a partir de dos casos de suicidio, cometidos por dos personas adultas contagiadas con COVID-19, uno en un hospital de Santa Cruz el 13 de junio y otro el 23 de junio en Cochabamba.
El P. Riveros explicó a Iglesia Viva que debido a la pandemia del coronavirus, las personas están más frágiles y pueden reaccionar dejándose "llevar por sus emociones y no encontrar sentido a la vida, incluso pueden caer en depresión profunda, que puede llevar al suicidio", siente que "tiene de defenderse, salvar la vida, enfrentarse y superar ese problema que está atravesando".