Ante las denuncias de abusos de menores y otros hechos punibles por parte de miembros de la Iglesia en Paraguay, los Obispos de ese país expresaron su "inmenso dolor por el escándalo de quienes han causado graves consecuencias en personas vulnerables".
"Estos hechos no los aceptamos y los condenamos, porque contradicen el mensaje cristiano y la misión de la Iglesia, y pedimos perdón por todos ellos", afirmaron en un comunicado de la Conferencia Episcopal de Paraguay.
Entre las denuncias que involucran a eclesiásticos, los Obispos hicieron referencia al caso de Carlos Ibáñez, un sacerdote argentino acusado de abusar de varios niños en Córdoba, Argentina, y que llegó a Paraguay en 1992.