Los obispos en Inglaterra criticaron la nueva ley que considera a todos los adultos como donantes de órganos a menos que opten por no participar, pues pone en riesgo el derecho a decidir y socava el concepto de donación como regalo.
El 20 de mayo entró en vigencia una nueva ley en Inglaterra que señala que todos los adultos serán considerados como donantes a menos que hayan registrado su decisión de no participar o por pertenecer a uno de los grupos excluidos, que incluyen menores de 18 años, personas que visiten el país y aquellos que carecen de capacidad mental para comprender la ley.
El mismo día, la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales señaló en un comunicado que si bien la Iglesia ha alentado constantemente la donación de órganos, "un sistema que presume el consentimiento [a la donación], corre el riesgo de quitarle el derecho al individuo a ejercer esta decisión". Además, afirmaron que "socava potencialmente el concepto de donación como regalo".