La ciudad de Nueva York no puede, por el COVID-19, imponer restricciones estrictas a las reuniones para el culto religioso y dejar intactas las protestas públicas masivas, señalaron importantes funcionarios del Departamento de Justicia de los Estados Unidos en una carta enviada al alcalde Bill de Blasio.
"Las recientes declaraciones públicas del alcalde de Blasio y la aplicación de las órdenes COVID-19 han demostrado una preferencia preocupante por ciertos derechos de la Primera Enmienda sobre otros", dijeron los principales funcionarios del Departamento de Justicia el 22 de junio.
"El Departamento de Justicia se alegra de que el alcalde de Blasio permita ahora un mayor ejercicio religioso y continuará supervisando la reapertura de la ciudad de Nueva York para garantizar que ésta extienda el mismo respeto a la libertad de religión, tanto en términos de reuniones interiores como exteriores, como lo hace a las libertades de expresión y reunión", añade la carta.