El Papa Francisco dio inicio a la jornada "24 horas para el Señor" con una liturgia penitencial en la que confesó a varios fieles en la Basílica de San Pedro.
Por quinto año consecutivo, el Pontífice presidió esta celebración a la que asistieron miles de fieles y que comenzó con una procesión. Después continuó con la Liturgia de la Palabra. A continuación, el Pontífice dio inicio al Sacramento de la Reconciliación. Primero se confesó él mismo como un simple penitente y después confesó a los fieles.
En la breve homilía que pronunció, señaló que "el amor de Dios es siempre más grande de lo que podemos imaginar, y se extiende incluso más allá de cualquier pecado que nuestra conciencia pueda reprocharnos".