No obstante, la arquidiócesis resaltó que se mantendrán las pautas fijadas por la Conferencia Episcopal Española en relación a la "dispensa del precepto dominical" y la sugerencia para aquellas "personas de riesgo, mayores y enfermos" a "que se queden en casa y sigan las celebraciones por los medios de comunicación o Internet".
Para evitar aglomeraciones y garantizar que se respetan las distancias de seguridad, se aseguró la organización "de la apertura y el cierre de las iglesias, al tiempo que se recomienda que, en caso de ser 'necesario y posible', se aumente el número de celebraciones".
"También va a ser obligatorio que los fieles usen mascarilla, las pilas de agua bendita continuarán vacías y se ofrerá gel desinfectante antes y después. Además, el facultativo gesto de paz se sustituirá por uno sin contacto; la comunión se recomienda en la mano; se evitarán los coros, reduciendo la música a un solo cantor; no se distribuirán hojas parroquiales ni ningún otro objeto, y el cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino a la salida de Misa", fueron las demás medidas anunciada por la Iglesia madrileña.