Unos 60 religiosos y religiosas de la Arquidiócesis de Santiago se reunieron en el Primer Conversatorio Vocacional para fortalecer este ámbito de trabajo en sus comunidades.
Cómo fortalecer la pastoral vocacional, hacerla más fecunda y poner a Cristo en el centro como un camino real, posible y pleno, fue el desafío que planteó el encuentro.
"La pastoral vocacional resulta hoy un desafío particularmente relevante y exigente para la Iglesia", dijo el Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Cristián Roncagliolo.
"Innumerables signos de los tiempos nos indican un cierto letargo en el discernimiento, dificultades para el compromiso y la no necesaria convicción de que la vida requiere decisiones trascendentes que la tocan integralmente para siempre", agregó.
En ese sentido, "para proponer a un joven el ven y sígueme, se requiere de audacia evangélica y la convicción de que el seguimiento de Cristo y también de la vida consagrada, merecen la pena", reflexionó.
El Obispo Auxiliar destacó algunos elementos necesarios para este proceso, como "el discernimiento vocacional como proyecto de vida ante Dios; el trabajo en conjunto de la pastoral juvenil y vocacional como pilares de apoyo; y la oración como espacio vital en el llamado vocacional".
En el evento se propusieron acciones concretas para reforzar la llamada vocacional en los jóvenes como la necesidad de acercar la vocación a un entorno más familiar, reforzar los mensajes del Papa Francisco, mejorar la formación acorde a los tiempos, invitar a la comunidad a conocer la vida religiosa y generar un proceso de escucha en los jóvenes, entre otros consensos.
La hermana Mónica Torres, secretaria ejecutiva de la Pastoral Vocacional de Santiago, valoró "el inmenso deseo por formarse y escucharse" y que además se generen "puentes entre aquellas comunidades que están con ganas de mostrar a Cristo".
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