Hoy, 18 de mayo, la Iglesia celebra el Quinto Domingo de Pascua. Han pasado cuatro semanas desde el gran domingo en que celebramos la Resurrección del Señor y en esta ocasión la Iglesia nos invita a profundizar en el sentido del mandamiento del amor entregado por Cristo, ese del que Él es la medida perfecta.
Jesús, centro y razón de ser de la Pascua, se presenta como modelo de amor a Dios y a la humanidad. Quien vive según ese amor dará testimonio de este en medio de un mundo que muere precisamente por falta de amor. ¡Jesús, por su entrega amorosa en la cruz, será glorificado!
Perseveremos, pues, en el camino que Jesús nos ha trazado. Que en el resto del Tiempo Pascual sigamos compartiendo con todos el gozo de la resurrección del Señor y demos muchos frutos de amor, caridad, justicia y fidelidad a la Verdad.
Que a cada día de la semana no le falte un ¡Aleluya!
V Domingo de Pascua
La lectura del Evangelio está tomada del relato de San Juan (Jn 13, 31-33a. 34-35). El contexto es el de la última cena, y Jesús dará testimonio de sí mismo a pocas horas de ser entregado y, finalmente, crucificado. Ese ‘testimonio’ es el del amor perfecto. Jesús pasa por un momento muy difícil, lleno de angustia, pero propicio para llamar a todos a que nos amemos como Él nos ama.