Hoy, 11 de mayo, la Iglesia celebra el Cuarto Domingo de Pascua, tradicionalmente conocido como el Domingo del Buen Pastor. También hoy se celebra la 62.ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.
Han pasado ya tres semanas desde el Domingo de Resurrección y hoy la Iglesia nos invita a volver sobre la persona de Jesús, a quien el Evangelio presenta “como el verdadero pastor, que defiende, conoce y ama a sus ovejas” (Papa Francisco).
Meditar en Jesús, el Buen Pastor, es reconocer que Él es el centro y razón de ser de la Pascua -‘cincuentena’ como “un solo día”, que prefigura la eternidad una vez vencida la muerte-. Sigamos, pues, con el ánimo al tope durante el resto del Tiempo Pascual. Compartamos el gozo de la resurrección del Señor con quien tengamos cerca. Que a cada día no le falte un ¡Aleluya!
IV Domingo de Pascua: "Mis ovejas escuchan mi voz”
La lectura del Evangelio está tomada del relato de San Juan (Jn 10, 27-30) quien recoge un fragmento del discurso de Jesús, quien se presenta como el buen pastor que es capaz de dar la vida por sus ovejas, porque su amor no tiene medida. Jesús conoce a sus ovejas y ellas lo reconocen: solo Él es capaz de dar la vida eterna.
Jesús pronunciará un discurso en el que se revela cómo es la unidad de Dios con su rebaño. Jesús no es un “pastor asalariado”, es un pastor que ama, y por eso las ovejas lo reconocen. Si algo amenaza a las ovejas, Él las defenderá con su vida. Y ellas conocen a su pastor, como el pastor las conoce a ellas; de la misma manera como el Padre conoce al Hijo, y el hijo al Padre –”El Padre y yo somos uno"-. El Señor es el pastor que habrá de unir al redil y hará de este un solo rebaño. Finalmente Jesús recuerda que su rebaño le ha sido encomendado por el Padre, y que por eso “nadie se lo arrebatará”.