“A través de la oración el alma se arma para enfrentar cualquier batalla”, dejó escrito en su diario (n. 146) Santa Faustina Kowalska, apóstol de la Divina Misericordia y cuya fiesta se celebra el 5 de octubre.
Esta santa polaca quiso ser religiosa desde muy joven y, cuando por fin logró ingresar a un convento, pudo superar la fuerte tentación de dejarlo.
Pronto el Señor le comunicaría lo que quería de ella: que difundiese la devoción a su Divina Misericordia así como la oración de la coronilla.
A Santa Faustina, canonizada por el Papa San Juan Pablo II en el año 2000, ciertamente puede acudir cualquier persona, pero de manera especial quienes requieren o buscan perdonar alguna ofensa grave, quienes buscan a Dios y ven algún obstáculo interior para abrazarlo, y todos los que quieren vivir más cerca del Señor.
Santa Faustina, cuya novena comienza el 26 de septiembre, solía decir que “Dios es Amor y Misericordia” (Diario, 281).
Aquí una novena para pedir su intercesión:
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