El Papa León XIV aprobó este jueves el decreto que reconoce las virtudes heroicas del sacerdote franciscano Berardo Atonna, un gran confesor, director espiritual y predicador, que sirvió además como unificador de las ramas franciscanas.
La aprobación de sus virtudes heroicas supone que el siervo de Dios vivió en grado heroico la fe, la esperanza y la caridad; y que pueda ser llamado venerable. De esta manera la causa queda a la espera de un milagro, obrado por su intercesión, para la beatificación.
¿Quién fue Berardo Atonna?
Berardo Atonna nació en la aldea de Episcopio, en el municipio de Sarno, el 1 de julio de 1843. Fue el mayor de siete hermanos.
A los 15 años se unió a los Frailes Menores Alcantarinos. Ingresó en el convento de Santa Lucía al Monte en Nápoles en 1859. Emitió los votos perpetuos en diciembre de 1868, según refiere la biografía publicada en el sitio web del Dicasterio de las Causas de los Santos.
Fue ordenado sacerdote en Nápoles el 18 de febrero de 1866. Las leyes de ese tiempo hicieron que los clérigos fueran expulsados de sus conventos, que fueron clausurados; y lo que permitió también que el P. Berardo pudiera predicar en distintos lugares entre 1866 y 1873, alcanzando cierto renombre.