En una Unión Europea fuertemente secularizada, la compleja realidad religiosa de los Balcanes desempeña un papel importante mientras funcionarios y diplomáticos se reúnen este miércoles para debatir los planes de adhesión de seis naciones.
La cumbre UE–Balcanes Occidentales del 17 de diciembre reúne a representantes de la Unión Europea y a sus homólogos de seis países de los Balcanes Occidentales: Albania, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia.
Mientras los funcionarios debaten la ampliación de la UE y los desafíos actuales, líderes religiosos y analistas subrayan que las Iglesias —profundamente entretejidas con las identidades nacionales de la región, su geopolítica y su tejido social— serán cruciales para el éxito tanto de la integración europea como de la estabilidad regional.
La UE se considera el principal socio comercial, inversor y donante de los Balcanes Occidentales y proporciona una importante asistencia y apoyo financiero a la región. Sin embargo, el panorama religioso —marcado por mayorías ortodoxas, importantes poblaciones musulmanas y minorías católicas— refleja complejas tensiones históricas, étnicas y políticas que condicionan el futuro de la región.
“Esperamos que la tendencia a la ampliación siga siendo seria y que se confirme”, dijo a CNA —agencia en inglés de EWTN News— el embajador de Serbia ante la Santa Sede, Sima Avramović.
Actualmente, existe preocupación por “la influencia rusa, especialmente en Serbia, de modo que la UE intentará debatir cómo estabilizar esta zona”, afirmó en conversación con CNA Lucio Caracciolo, fundador y director de la revista geopolítica italiana Limes. Al mismo tiempo, advirtió de “la falta de voluntad política y de fondos para apoyar” a estos países antes de que sean admitidos en la UE.