María, bajo el título de la Inmaculada Concepción, es patrona de Estados Unidos desde mediados del siglo XIX. Pero su protección sobre la nación se remonta a su historia más temprana.
Una de las primeras iglesias católicas en lo que hoy es Estados Unidos fue dedicada a la Inmaculada Concepción en 1584: la que hoy es la Basílica de la Inmaculada Concepción en Jacksonville, Florida.
John Carroll, el primer obispo en Estados Unidos, tenía una gran devoción a la Santísima Virgen María. En 1792, puso la Diócesis de Baltimore —que abarcaba las 13 colonias de la joven república— bajo su protección.
En los siguientes 50 años se erigieron otras siete diócesis, incluyendo Nueva Orleans, Boston, Chicago y Oregon City.
“Las colonias eran ahora los Estados Unidos de América, y Baltimore ya no era la única diócesis; por eso, la jerarquía estadounidense sintió la necesidad de una protectora nacional para esta nueva república”, explicó Geraldine M. Rohling, archivera–curadora emérita de la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington D.C.
Los obispos de Estados Unidos nombraron unánimemente a María, bajo el título de la Inmaculada Concepción, patrona de la nación en 1846, durante el VI Concilio Provincial de Baltimore.