Los obispos españoles han negado que haya un acuerdo entre la Iglesia Católica y el Estado para la eliminación de la asignatura alternativa a Religión en el Bachillerato como parece deducirse de una sentencia judicial.
El pasado miércoles, el Tribunal Supremo sentenció en contra de las pretensiones del Arzobispado de Oviedo contra un decreto del Gobierno del Principado de Asturias por el que se reguló la asignatura de Religión en Bachillerato, de tal manera que, los alumnos que no la cursaran, tenían una hora menos de clase al no establecerse una “asignatura espejo”.
Este decreto era consecuencia de la aplicación de la Ley Orgánica de Mejora de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), cuya tramitación y aprobación fue ampliamente contestada por los centros educativos de ideario católico.
En la práctica, esto derivó en que los alumnos de Religión debían permanecer una hora más en el centro escolar, lo que repercutió en el número de inscritos, que decreció desde 1.150 alumnos en el curso 2021-2022 a 475 en el curso 2022-2023 en primero de Bachillerato. En el segundo curso de esta etapa escolar, sin embargo, el número de matriculados en la clase de Religión aumentó de 1.100 a 1.400.
En junio de 2023, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias respaldó al arzobispado, al entender que su aplicación resultaba en una discriminación de los alumnos que elegían estudiar Religión.
Pero el Ejecutivo regional presentó un recurso ante el Tribunal Supremo, máximo órgano jurisdiccional, que le ha resultado favorable.