La Fundación Contemplare impulsa por tercer año un mercadillo de productos elaborados por conventos de clausura bajo el sello de calidad espiritual “Made in prayer” (Hecho en oración).
En conversación con ACI Prensa, Alejandra Salinas, directora de la fundación, explica que este sello es “el elemento absolutamente diferenciador” de los centenares de productos que se pueden obtener a través de su sitio web a lo largo del año y, de manera especial, en la venta abierta al público durante cuatro días al inicio del Adviento en la Plaza Mayor de Madrid.
“Hay una monja que explicaba: yo hundo las yemas en el mazapán y es una manera de que nuestra oración pase por debajo de los portones y de los muros y llegue a la humanidad”, detalla Salinas, quien subraya que los religiosos de clausura también rezan por el destinatario final de sus productos.
Además de las recetas tradicionales de bollería y dulces como madalenas, bizcochos, pastas o trufas, los más de 80 monasterios representados en el mercadillo también ofrecen imágenes devocionales, licores, aceites, miel, mermeladas, ropa de bebé, y un amplio surtido de productos de cosmética como jabones, cremas faciales o bálsamo labial.
Lucía Escrivá de Romaní, que trabaja en Contemplare manteniendo el contacto con los monasterios para conocer sus necesidades, hace dos recomendaciones particulares: “Por un lado está el bálsamo cartujano para el dolor. Muchísima gente viene específicamente buscando sólo este producto porque es buenísimo: te lo pones en las lumbares cuando te duele y se acabó el dolor y encima está rezado. Y luego tenemos este cacao de labios que me parece maravilloso porque es muy pastoso. Lo hacen las benedictinas de Sahagún y, al ser pastoso, te deja la boca muy hidratada y no se cuartea ahora en invierno”.