El Papa concluyó este martes 2 de diciembre su primer viaje apostólico que lo ha llevado a Turquía y Líbano.
Su visita a este último país ha sido como un bálsamo para una sociedad desgastada por los conflictos y las crisis. León XIV llegó en un momento complejo, con una guerra en la frontera sur con Israel, con la política libanesa bloqueada y una economía que no acaba de recuperarse.
El viaje ha durado apenas 48 horas. Pero aunque breve, su presencia ha aportado luz a una sociedad que, desde hace años, avanza en la penumbra.
Por la mañana visitó el Hospital de la Cruz de Beirut, uno de los más grandes para personas con enfermedades mentales del Medio Oriente. El Santo Padre saludó con cariño a algunos de los 800 pacientes que se tratan aquí de forma gratuita y casi no pudo contener la emoción.
Ante ellos afirmó que en este lugar “habita Jesús” y también les aseguró sus oraciones. “Jesús habita en este lugar: en ustedes, los enfermos, y en quienes cuidan a los enfermos: las hermanas, los médicos, todo el personal sanitario”, señaló el Pontífice.