El Papa León XIV almorzó este mediodía con más de 1.300 personas en situación de pobreza y exclusión en el Aula Pablo VI del Vaticano, transformada para la ocasión en un gran comedor, con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres.
El almuerzo fue organizado por la Congregación de la Misión en nombre de todos los misioneros vicencianos del mundo, quienes celebran este año el 400º aniversario del nacimiento de su fundador, y de las Hijas de la Caridad, que también forman parte de la familia vicentina. El menú incluyó lasaña, pollo empanado con patatas y el tradicional postre italiano babà, servido por los propios voluntarios de estas organizaciones católicas.
Para este almuerzo especial, el Vaticano optó por un servicio cuidado y digno: los comensales no utilizaron platos de plástico ni desechables, sino vajilla de calidad, con cubiertos y mantelería, como signo de respeto y cercanía hacia las personas necesitadas. De este modo, la jornada no solo ofreció una comida, sino también una experiencia de dignidad y cuidado, subrayando que todos merecen ser tratados con respeto y atención.
Tras el almuerzo, el Papa León XIV destacó la importancia de la labor que desempeña la Congregación de la Misión con los más vulnerables: “Este almuerzo que ahora recibimos es ofrecido por la Providencia y por la gran generosidad de la Comunidad de San Vicente, a quienes queremos agradecer”.