El Papa León XIV alabó el amor silencioso, libre de exclavitud y apariencias de las monjas de clausura en una sociedad “orientada hacia la exterioridad”.
Lo hizo durante una audiencia en el Vaticano con los participantes en la Asamblea Federal Ordinaria de la Federación de Monasterios Agustinos de Italia.
En su discurso, impartido desde el Aula Pablo VI del Vaticano, el Pontífice destacó la “dimensión sinodal” de la Iglesia y la importancia de “caminar juntos”, algo a lo que —recordó— invitó especialmente el Papa Francisco durante su pontificado.
Al posar su mirada en la dimensión contemplativa de las agustinas, el Papa León recordó que su fundador, San Agustín, reflexionó en su obra Confesiones sobre la alegría concedida “a quienes sirven al Señor por puro amor”.
Desde esta perspectiva, invitó a las religiosas a abrazar “con fervor la vida del claustro”, algo que, aseguró, “les dará paz y consuelo, y a quienes llamen a la puerta de sus monasterios un mensaje de esperanza más elocuente que mil palabras”.