Luego del asesinato de siete personas en la sierra de Chihuahua, al norte de México, la Iglesia Católica alzó la voz para denunciar la situación de violencia que persiste en la región y para pedir acciones urgentes de las autoridades.
Según la Fiscalía General del estado, los hechos ocurrieron el 26 de octubre en diversos municipios de Guachochi. Las investigaciones de las autoridades señalan que algunas víctimas circulaban a bordo de sus vehículos y otros caminaban por la zona cuando “repentinamente fueron alcanzadas por los disparos de un enfrentamiento entre civiles armados”.
La violencia en la región no es nueva. Guachochi está ubicado en Sierra Tarahumara, un territorio que ha sido escenario de múltiples episodios violentos, siendo uno de los más recordados el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, ocurrido el 20 de junio de 2022.
Por tratarse de una zona montañosa de gran riqueza natural, se ha convertido en un punto estratégico para el crimen organizado, que opera mediante actividades ilícitas como la tala y minería ilegal, así como el cultivo de amapola que se utiliza para la elaboración de drogas ilegales.
Balacera junto a la Virgen de Guadalupe
El párroco de la Catedral de Guachochi, sede de la Diócesis de Tarahumara, P. Enrique Urzúa, denunció el 16 de octubre en sus redes sociales que la comunidad había vivido una “noche aturdidora por las balas”, tras un enfrentamiento entre criminales.