Durante el rezo del Ángelus, el Papa León XIV invitó a presentarse ante Dios “honestamente, tal como somos”, sin pretender justificar los propios méritos ni ocultar los propios errores.
“No es ostentando nuestros méritos como nos salvamos”, afirmó el Pontífice asomado a la ventana de su estudio privado en la Biblioteca Apostólica.
El Papa comentó la parábola del fariseo y el publicano, en la que Jesús enseña que no es “ocultando nuestros errores” como se obtiene la salvación, “sino presentándonos honestamente, tal como somos, ante Dios, ante nosotros mismos y ante los demás, pidiendo perdón y confiando en la gracia del Señor”.
Sobre el fariseo, León XIV explicó que “se jacta de una larga lista de méritos”. “Las buenas obras que realiza son muchas, y por eso se siente mejor que los demás, a quienes juzga con desprecio”, señaló.
Para el Papa, su actitud es claramente “presuntuosa” porque “denota una observancia exacta de la Ley, sí, pero pobre en amor, hecha de ‘haber’ y ‘tener’, de deudas y créditos, carente de misericordia”.
En contraste, añadió, Jesús nos dice que, de los dos, es precisamente el publicano “quien vuelve a casa ‘justificado’, es decir, perdonado y renovado por el encuentro con Dios”.