De acuerdo al más reciente informe Libertad Religiosa en el Mundo de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), México pasó de ser un país “en observación”, como en reportes anteriores, a ser considerado un país donde se experimenta discriminación religiosa. “El crimen organizado actúa como agente de persecución en zonas donde el Estado es débil o ha perdido el control”, se lee en el documento presentado el martes.
Según Marcela Szymanski, experta en libertad religiosa de ACN, la labor de la Iglesia para brindar esperanza y asistencia social se convierte en un blanco indirecto de los grupos criminales. “La Iglesia, con su deber de dar oportunidades y consuelo a una población que está sufriendo pobreza e inseguridad, está ofreciendo cursos, oportunidades de empleo, abriendo lugares de acogida para mujeres golpeadas, haciendo refugios para migrantes. Pero, sin saberlo, están tocando los intereses económicos de los señores del crimen organizado”, señala en declaraciones a ACI Prensa.
De acuerdo con Szymanski, estas acciones de ayuda representan una pérdida económica significativa para los cárteles, que tradicionalmente explotan a mujeres para la prostitución o cobran miles de dólares a migrantes para cruzar ilegalmente la frontera hacia Estados Unidos.
“En 2024, hubo 2.1 millones de migrantes interceptados sólo en la frontera terrestre. Si la mitad de ellos no pagó mil dólares a los cárteles, hablamos de mil millones de dólares que los criminales dejaron de recibir. Por eso es un objetivo. Le está robando la ‘clientela’ al crimen organizado y por eso los matan”, explicó.