Ante la tragedia causada por las recientes inundaciones en México, la Iglesia Católica exhortó a las autoridades a actuar con “eficiencia y diligencia” en la distribución de la ayuda destinada a los damnificados, y a asegurarse de que esta “llegue a su destino sin intermediarios que la desvíen o condicionen”, de forma “directa y transparente”.
Entre el 6 y el 11 de octubre, fuertes lluvias provocaron inundaciones, desbordamientos de ríos y graves pérdidas humanas y materiales en los estados mexicanos de Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí, con un saldo oficial de al menos 78 muertos y 23 desaparecidos.
Las zonas más afectadas se registraron en el norte de Veracruz —en las localidades de Poza Rica, Tihuatlán, Álamo Temapache y Papantla—, donde el desbordamiento del río Cazones dejó miles de viviendas destruidas.
A través de un comunicado difundido este 22 de octubre, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), aseguró que “desde el primer día” de la emergencia, la Iglesia Católica se organizó mediante la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y la red nacional de Cáritas, para la “recepción, canalización y distribución de ayuda humanitaria a través de las Cáritas diocesanas de cada lugar afectado, para llegar de manera directa y transparente a quienes más lo necesitan.”.
En su mensaje, los prelados reiteraron su solicitud a las autoridades para que “implementen con eficiencia y diligencia los programas de atención que estas situaciones de emergencia requieren”.