El Papa León XIV redefinió el papel del Instituto para las Obras de Religión (IOR) —el conocido como “Banco Vaticano”— al rescindir la prerrogativa sobre la exclusividad en la gestión de las inversiones.
El Santo Padre ha promulgado este lunes la carta apostólica en forma de motu proprio, titulada “Coniuncta Cura”, con la que introduce modificaciones significativas en la gestión de las inversiones financieras de la Santa Sede y de la Curia Romana.
Una de las principales novedades del documento, publicado este lunes por el Vaticano, es que abroga el Rescriptum ex Audientia SS.mi promulgado por el Papa Francisco el 23 de agosto de 2022, que concentraba toda la administración y gestión de los fondos en el IOR y la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA).
Con la normativa precedente, que ahora ha sido anulada, todas las instituciones de la Santa Sede debían transferir sus activos financieros y liquidez a cuentas controladas por la APSA.
En todo caso, León XIV ha querido mantener el papel central del IOR en la estructura financiera vaticana, si bien ha abierto la posibilidad de diversificar la gestión mediante otros intermediarios financieros aprobados por los órganos de control. Este paso supone una mayor flexibilidad en las inversiones.
“A la hora de determinar las actividades de inversión financiera de la Santa Sede —se lee en el texto—, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica hace uso, por lo general, de la estructura organizativa interna del IOR, a menos que los órganos competentes, según lo establecido en los estatutos del Comité de Inversiones, consideren más eficiente o conveniente recurrir a intermediarios financieros establecidos en otros Estados”.