León XIV indicó que esta es la confianza con la que los católicos deben renovar “el fuego de la vocación misionera” al tiempo que anunció “una época misionera nueva” en la historia de la Iglesia.
Así aseguró que la misión ya no se basa en “partir”, sino más bien en el acto “permanecer para anunciar a Cristo a través de la acogida, la compasión y la solidaridad”.
“Si por un largo periodo hemos asociado la misión con el “partir”, el ir hacia tierras lejanas que no habían conocido el Evangelio o se encontraban en situaciones de pobreza, hoy las fronteras de la misión ya no son las geográficas, porque son la pobreza, el sufrimiento y el deseo de una esperanza mayor las que vienen hacia nosotros”, afirmó.
Todo esto exige, según el Pontífice, dos grandes compromisos misioneros: la cooperación misionera y la vocación misionera. En primer lugar, el Santo Padre instó a promover una renovada “cooperación misionera” entre las Iglesias lo que llevará a un “cristianismo más abierto”.
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“En las comunidades de antigua tradición cristiana como las occidentales, la presencia de muchos hermanos y hermanas del sur del mundo debe ser acogida como una oportunidad, para un intercambio que renueva el rostro de la Iglesia y suscita un cristianismo más abierto, más vivo y más dinámico”, indicó.
Al mismo tiempo, aseguró que cada misionero que parte para otras tierras, está llamado a “habitar las culturas que encuentra con sagrado respeto, dirigiendo al bien todo lo que encuentra de bueno y de noble, y llevándoles la profecía del Evangelio”.
Suscitar el deseo misionero especialmente en los jóvenes
Asimismo recordó la belleza y la importancia de las “vocaciones misionera” y — al dirigirse en particular a la Iglesia europea— indicó que hoy se “necesita un nuevo impulso misionero, de los laicos, religiosos y sacerdotes que ofrezcan su servicio en las tierras de misión, de nuevas propuestas y experiencia vocacionales capaces de suscitar este deseo, especialmente en los jóvenes”.
Al mismo tiempo consideró que las comunidades del sur del mundo “están llamadas a discernir con atención las motivaciones vocacionales de quien desea ser misionero o misionera”.
El Jubileo del mundo misionero ha reunido en Roma a misioneros laicos y religiosos procedentes de un centenar de países, junto a representantes de congregaciones, organismos e instituciones dedicadas a la evangelización.