El proceso de Independencia de México no sólo se desarrolló en los campos de batalla, sino también en recintos católicos que fueron testigos y protagonistas de los momentos más decisivos de la historia nacional.
La Iglesia Católica, profundamente arraigada en la vida de la Nueva España, se convirtió en el marco en el que se gestaron llamados a la libertad, símbolos de unión y reuniones políticas que llevaron a la consumación de la Independencia.
Varios templos del país, hoy considerados patrimonio histórico, mantienen viva la memoria de aquellos hechos.
El lugar donde nació la patria
La parroquia de Nuestra Señora de Dolores, en la actual ciudad de Dolores Hidalgo, Guanajuato, es considerada la cuna de la Independencia. Allí, en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el P. Miguel Hidalgo convocó a los pobladores desde el campanario para iniciar el levantamiento contra el dominio español, en lo que se conoce como el “Grito de Dolores”.