El Tribunal de Justicia de Santa Catarina (Brasil) negó la solicitud de Regiane Cichelero para educar a su hijo en casa. En su fallo del 2 de septiembre, el tribunal mantuvo la decisión anterior que determina la matrícula del niño en una escuela regular, además del pago de tres salarios mínimos y una multa de cien mil reales (más de 18.000 dólares estadounidenses).
En 2020, con el cierre de las escuelas públicas de Santa Catarina por temor a la pandemia de covid-19, Cichelero decidió dar clases en casa a su hijo. Después de la reapertura de las escuelas en marzo de 2021, la abogada decidió continuar enseñándole en casa, por creer que eso garantizaba una educación de calidad y ajustada a las convicciones religiosas de la familia.
En ese momento, la escuela hizo una "búsqueda activa" del hijo de Regiane. El Consejo Tutelar fue a la casa de la abogada y alertó sobre la obligatoriedad de la matrícula escolar, según el Estatuto de la Niñez y el Adolescente (ECA). Tras la notificación del Consejo Tutelar, el caso fue remitido al Ministerio Público de Santa Catarina.
Al comienzo, el juez del caso amenazó con retirar la custodia del hijo de Regiane si continuaba impartiéndole enseñanza en casa. Luego, la justicia de Santa Catarina determinó que debía pagar una multa de entre tres y veinte salarios mínimos, además de una multa diaria adicional de 1.000 reales (alrededor de 184 dólares) si su hijo no era matriculado en la escuela.
Defensa
En sus redes sociales, Cichelero dijo que recurrirá al Supremo Tribunal Federal de Brasil y, si es necesario, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para continuar con la educación en casa, conocida como homeschooling.